jueves, 31 de marzo de 2016

UN AMIGO DE MARTE




El lenguaje es la puerta de entrada el mundo. A través de él nos conectamos con los demás; nos representamos y nos creamos constantemente a través de él. Nos da identidad, nos explica y nos identifica.  Es nuestra herramienta más primaria. Aún antes de poder controlar nuestras más básicas expresiones faciales ya somos capaces de emitir sonidos que nos hacer visibles y nos reportan atención y cuidados.
Entonces ¿Qué pasa cuando esa puerta no se abre, o permanece entornada?
O cuando, ni siquiera es una puerta. Cuando no es más que una ventana desde la que ver sin ser oído. Desde la que asomarse a un mundo que no nos escucha, que nos ve y no nos entiende. Que nos mira y no sabe que estamos ahí, ávidos de atravesar ese cristal, deseosos de salir afuera y poder mostrar nuestra propia y particular identidad.

Hay personas que saben exactamente qué pasa entonces. Como Pablo.

El cuento de Pablo y el marciano

Pablo es un niño como todos los demás. Le gusta sentirse seguro. Le gusta que sus padres le quieran. Le gusta tener amigos. Le gusta jugar a la pelota. Le gustan las cosas ricas para comer. Le gusta ser felíz.

Pero Pablo no puede hablar. Como muchos otros niños autistas el lenguaje es para él esa puerta con las bisagras endurecidas que no se acaba de abrir. Y sus emociones, sus tristezas, sus miedos, sus decepciones, sus alegrías y sus esperanzas se quedan ahí, atascadas esperando a que los demás den con la clave que les permita descifrarlas. No siempre ocurre. Y Pablo espera, detrás del cristal de la ventana a que un día se vuelva más sencillo ser quien es y mostrar su mundo personal, hermoso y brillante, a los demás.

Cuento de pabloPor eso ha escrito un cuento. Un relato lleno de imaginación en el que sueña con un mundo alternativo en el que no poder hablar no es un impedimento para la amistad. En su imaginación vuela hasta otro planeta para lograr al fin, ese amigo que no le vea solo por fuera y que sepa leerle por dentro sin prejuicios y sin etiquetas.

Si ese mundo está en Marte, yo quiero ser marciana. Por Pablo y por todos los Pablos que sueñan con volar hasta allí.

Este es el enlace al cuento de Pablo. A él le gustaría que todo el mundo lo leyera, para que Marte dejase de estar tan lejos. Y para que todos los que creen que detrás de un autismo no hay nada, descubran la riqueza que espera detrás de muchas puertas y ventanas entornadas.

Me gustaría pediros que difundierais este cuento y me ayudarais a darle toda la difusión posible. Vamos a traernos a Marte a los patios de los colegios, a los parques y a las calles.

El cuento de Pablo y el marciano





No hay comentarios: